Nadie tiene la receta exacta de la felicidad, sin embargo, seguro esa receta incluye una autoestima fuerte y sana entre sus ingredientes.

Sueña

• Plantéate qué te gustaría ser, a dónde te gustaría llegar y para qué. Una vez que tengas en mente qué deseas, divide tu sueño en secciones independientes y ponles una fecha para alcanzarlas. Cuando le pones plazo a un sueño lo conviertes en una meta. A medida que alcances las metas más sencillas y pequeñas te irás sintiendo mejor, porque eso te acerca a la meta final. Nada fortalece tu autoestima como el éxito. Y no
  seas dura contigo misma, date permiso de disfrutar y celebrar tus pequeños triunfos.

Consiéntete

• Para sentir amor por ti misma necesitas primero darte amor. Guarda un
  pequeño tiempo al día o a la semana para consentirte. Mímate. Ponte una mascarilla facial, toma una siesta, cierra los ojos y piensa en algo bonito; escucha tu canción favorita, prepárate un té y disfruta su aroma. Estrena un nuevo labial (marca Olé!, por supuesto) y disfruta los detalles pequeños de la vida.

Aprende algo nuevo

• Desde hornear y decorar un pastel hasta un nuevo idioma. Lo que
  te haga sentir bien. Aprender cosas nuevas e ir empezando a dominarlas nos empodera, además, en estos tiempos, hay tutoriales y cursos en línea casi de todo.

Y por último, sé generosa

• Al regalar sonrisas, un gesto amable, una pequeña cortesía a los demás, estás creando un entorno positivo alrededor de ti. Claro que no todos lo agradecen o lo toman en cuenta, pero notarás un cambio en tu entorno.

No lo olvides. Aunque la felicidad puede ser escurridiza, fuiste creada para ser feliz.

#MiBellezaLaDefinoYo

Susie S.